19 de Agosto: Día Nacional de la Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH)
- LabMatco
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En conmemoración del nacimiento del médico Argentino Carlos Gianantonio, un pionero en la investigación de esta enfermedad, cada 19 de Agosto tiene como objetivo visibilizar, reflexionar, y aportar desde un rol profesional, en la importancia del control y prevención de esta enfermedad.

El SUH está estrechamente relacionado con una cepa particular de la bacteria Escherichia coli, la E. coli O157:H7, productora de la toxina Shiga. Esta enfermedad se manifiesta a través de la destrucción de los glóbulos rojos, la disminución de plaquetas y un fallo renal agudo. Su transmisión está principalmente asociada al consumo de alimentos contaminados, como carne mal cocida, leche o agua contaminada, y también por el contacto directo con personas infectadas o ambientes contaminados. Lo que subraya la importancia de una estrategia de control integral.
Control y prevención
La vigilancia de Escherichia coli es la herramienta clave en el control y prevención de esta enfermedad. Los análisis microbiológicos son fundamentales para implementar acciones correctivas en puntos críticos de control y fortalecer los programas de inocuidad alimentaria, cumpliendo con las normativas establecidas.
Mediante técnicas especializadas, desde el laboratorio, realizamos:
· Recuentos de E. coli en distintos tipos de alimentos, especialmente en productos cárnicos, lácteos y aguas.
· Investigación de cepas patógenas, como la E. coli O157:H7, a través de métodos de cultivo.
· Análisis de superficies y ambientes de trabajo, orientados a detectar contaminación cruzada y/o ambiental.
Estas tareas permiten detectar precozmente la presencia de bacterias peligrosas, evitando que alimentos contaminados lleguen al consumidor y reduzcan significativamente los riesgos de infección.
Prevención en toda la cadena alimentaria
El control del SUH no termina en el laboratorio. Es fundamental que todas las etapas de la cadena alimentaria —desde la producción primaria hasta el consumo— apliquen buenas prácticas de higiene y manipulación de alimentos.

Algunos puntos clave son:
Producción primaria en establecimientos ganaderos:
· Aplicar buenas prácticas ganaderas (BPG) para reducir la diseminación de STEC en los animales y el ambiente.
· Implementar programas de bioseguridad y control sanitario del rodeo.
· Capacitar al personal en higiene y manejo de animales para evitar la contaminación cruzada.
Durante la faena y el procesamiento:
· Aplicar rigurosamente los procedimientos operativos estandarizados de saneamiento (POES) y el análisis de peligros y puntos críticos de control (HACCP).
· Evitar la contaminación fecal de la canal mediante buenas prácticas de eviscerado y faena.
En la elaboración y envasado de alimentos:
· Garantizar la pasteurización adecuada de productos lácteos y jugos.
· Controlar la cadena de frío para prevenir el crecimiento de patógenos.
· Implementar programas de limpieza y desinfección estrictos en líneas de producción y superficies de contacto.
Durante el transporte y la distribución:
· Asegurar el mantenimiento de condiciones higiénicas y térmicas en toda la logística.
· Prevenir la contaminación cruzada entre alimentos crudos y procesados.
Capacitación y cultura de inocuidad:
· Capacitar continuamente al personal en temas de inocuidad alimentaria.
· Promover una cultura de prevención en toda la organización, desde operarios hasta directivos.
Consumidores:
· Cocinar completamente la carne, especialmente la carne picada.
· Evitar el consumo de leche no pasteurizada.
· Lavar bien frutas y verduras.
· Extremar la higiene de manos, utensilios y superficies.
· Usar agua potable para preparar alimentos.
Conmemoraciones como la del 19 de agosto nos recuerdan la importancia del trabajo conjunto entre laboratorios, productores, organismos de control y consumidores.
Porque prevenir el SUH no es solo una responsabilidad profesional, es un compromiso con la salud de nuestras comunidades.